domingo, 2 de enero de 2011

No me expongas corazón.

Ya no latas, corazón, ni te alteres con sus ojos.
No te aceleres. Con su tacto, no te aceleres. No expongas lo que siento cuando siente. No reveles lo que llevo en la mente.

Ya no latas, corazón, cuando veas esos labios y controla con atención mi cuerpo entregado. No grites la emoción guardada en mi pecho y no me cortes la respiración cuando toque su cabello.

No me expongas, corazón, porque puede cuestionarme y querrá saber la razón por la que lates. No me expongas en su presencia y mucho menos cuando me abrace. No le digas que lo quiero pero que temo amarle.

Ya no latas, corazón, ni busques su mirada. Que no note con su tacto que tu ritmo cambia. Que el frenesí no te impida controlar nuestros latidos. Que la pasión no te ciegue cuando busques el camino.

Ya no latas, corazón, no nos mates.
No expongas mi confusión ni lo que queda del arte. Y si lates aún más fuerte que como latías antes, no ocultes el amor ni su nombre ni la imagen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario